miércoles, 9 de septiembre de 2009

La foto de papá

"Tomasito, sentate a la par de la señora mientras le pago al señor".
Tomasito había subido junto a su madre a un colectivo de la línea 102. El niño vestía un delantal azul con un bolsillo delante, típica prenda de los niños que concurren al jardín de infantes.
Con la ayuda de un señor que lo tomó del brazo, Tomasito acató la orden de su mamá y se dirigió al tercer asiento de la segunda fila junto al pasillo, al lado de una señora de unos cincuenta años, que al verlo, exclamó: "¡pero qué niño más lindo y aplicadito! ¿Cuántos años tenés?". "Cuatro", apuntó Tomasito con sus deditos.
El comentario de la señora no fue impreciso. El nene estaba bien peinadito, con raya al costado y pelo engominado. Su delantal lucía impecable, algo impensado para un chico de su edad.
Luego de pagar los boletos, la mamá de Tomasito se dirigió hacia donde estaba él, lo alzó y lo sentó en sus rodillas. En ese instante, la señora que antes había mantenido una pequeña charla con el nene, decidió conversar con la mamá de Tomasito: "le estaba comentando al nene que es muy buenmozo y aplicadito. Ya casi ni se ven niños así de prolijitos". "Mi Tomi es así. Se baña dos veces por día y rara vez vuelve desarreglado del jardín", expresó orgullosa la madre de Tomasito.
Hasta ese instante, la señora no había indagado qué cargaba Tomasito entre sus manos. Por su forma, se deducía que era un portaretratos, aunque como lo tenía presionado contra su pecho, no se lograba ver la imagen. Eso, definitivamente despertó la curiosidad de la señora: "¡con qué seguridad carga ese portaretratos! ¿De quién será la foto?". "Es de mi papá", respondió Tomasito y le mostró la imagen a la señora, dejando de ver la foto en la que su padre que vestía un uniforme de la policía. "Sos igualito a tu papá. ¡Hasta en el peinado!", comparó la señora.
"Tomasito quiere mucho a su padre. La foto la carga a todos lados", explicó su madre. "Claro, debe ser un buen papá", dedujo la señora. "Sí, era un buen padre. Lamentablemente falleció hace un tiempo, tal vez lo leyó en los diarios. Cumplía su deber en ese momento...", contó la mamá del nene que en ese instante interrumpió la conversación: "cuando sea grande voy a ser como mi papá. Quiero ser policía".
Al comentario de Tomasito le siguió un profundo silencio -incómodo- de parte de su mamá y la señora que viajaba sentada junto a ellos. Por eso es que luego desviaron la charla con el tradicional coloquio sobre el tiempo y otros temas.
Dos paradas antes que la mía, Tomasito y su madre se bajaron. Los seguí con la mirada y mientras ella buscaba algo en su bolso, Tomasito permanecía parado a su lado con su pinta impecable. Como en la foto de su papá.