martes, 30 de diciembre de 2008

El Mercado de todo amor

Hacía rato que esperábamos un sinceramiento así.
El gobernador José Aperovich, declaró esta mañana lo siguiente, sobre la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal: "Estoy totalmente en desacuerdo con que no penalicen la tenencia de drogas. Cuanto más cueste (conseguirla) es mejor. Si lo hacemos libremente va a ser peor y esto seguirá creciendo".
Todo bien que como funcionario condene el uso de estupefacientes. Pero de ahí a dar a entender que es mejor hacerlo a escondidas, desafiando a la ley, ya que así es más linda la persecuta, ejem... Igual, es fácil decirlo desde esa posición, porque a la mayoría, si les cuesta demasiado conseguirla.
Lo que debes, cómo puedes quedártelo...

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Navidad de reserva


Recuerdo muy bien el año en que descubrí que el Niñito Dios, no era el que me traía los regalos.

Corría 1988. Faltaban unos 5 minutos para que den las 00, cuando vi a mi mamá y una esposa de mi tío, correr con las bolsas llenas de regalos, para depositarlos en el arbolito. Tenía 9 años y por un momento, mi mundo de fantasía se desmoronó. Me dí cuenta que me habían engañado como el mejor y obvio que al instante saqué la ficha de que los Reyes Magos ni a palos existían.

Igual, nada de eso opacó esa Navidad, porque desde chico, mis viejos me imprimieron el espíritu de estas Fiestas.

A ello, hay que sumarle la reunión de familia, numerosa por cierto, lo que le daba un sentido más festivo, de más jolgorio. Tal vez sea ese el motivo del por qué me gustan tanto las fiestas y en particular la Navidad. Por la alegría que reina aunque sea, por unas escasas horas. Todos abrazamos bien fuertes a nuestros seres queridos, nos deseamos lo mejor, nos decimos que nos queremos (¡con lo que cuesta expresarlo!). ¡Si hasta en el laburo me abrazo con gente con la que todavía no tengo confianza! En la calle, algo similar. Al canillita que me vende el diario le deseo lo mejor y su respuesta de agradecimiento y devolución de buenos augurios no se hace esperar. Es como que todos somos un poquito mejor persona. Deberíamos ser así todo el año.

Ahora mis Navidades son un tanto distintas, de lo que fue en mi niñez. Las fiestas ya no reunen ese conglomerado de comensales alrededor de la mesa. Somos poquitos, pero de mucho cariño. Algunos se fueron para que otros lleguen. El ciclo de la vida.

Ya sé que el Niñito Dios no me traerá regalos, porque los presentes salen de la billetera de papá. Igual, el espíritu está intacto. Y así como mis viejos mantuvieron viva esa ilusión mágica de que los regalos aparezcan en un abrir y cerrar de ojos en el arbolito, la mantengo viva con mi hermanita y mi ahijada.

Ahora mis Navidades son de reserva. Excesos, hay. Pero aún así, me alegro, abrazo, deseo, recuerdo, pido. Pero por sobre todo: sigo brindando. ¡Feliz Navidad para todos!

domingo, 21 de diciembre de 2008

Tu brillo sigue hipnotizando


Pasaron 20 años desde que su cuerpo dijo basta. El sida, esa maldita enfermedad, le ganó la pulseada y oscureció su brillo. Pero lo que jamás se apagó, fue su voz. Federico Moura fue uno de los artistas más carismáticos del rock nacional. Junto a la banda que integraba, Virus, provocaron un revuelo allá por lo años `80, en nuestro país. Fueron los primeros en dominar las maquinitas en nuestro país, logrando un sonido con mucha altura. Únicos.

Fede, fue muy criticado en ese momento. Lo señalaron por su condición homosexual, como si eso fuera motivo para ser menos artista, menos ser humano.

Por suerte, hoy muchos lo recuerdan como lo que fue: un líder carismático, que manejaba la escena a su antojo, dueño de una poesía urbana única, en la que revelaba sus adicciones y sus preferencias sexuales, con mucha clase, algo que hoy no se ve.

Casualidad, murió un día y un año antes, que un profundo detractor suyo: Luca Prodan. El pelado, acusaba a Virus de ser una bandita de putos. Igual, eran dos grandes de la escena del rock de esos tiempos, que peleaban porque eran dos artistas fuera de serie. Se sabe, los genios no congenian. Y bue, qué importa, a los dos se los extraña por igual, tanto como a Miguel Abuelo, que hace 20 marzos, también nos abandonó.

El tiempo pasó y sus ausencias se sintieron. 20 años, es demasiado, pero aún así, tu brillo sigue hipnotizando.
PD: una de las mejores canciones del grupo, Oro en polvos.

martes, 9 de diciembre de 2008

El cachetazo necesario para volver a la realidad

A veces los seres humanos podemos ser tan desagradecidos, que necesitamos que la realidad nos cachetee un poco y mostrarnos por qué no debemos serlo.
El anterior post que publiqué, como pueden ver más abajo, es un conglomerado de broncas y puteadas por no poder irme de vacaciones este verano. Pero una vez más me di cuenta que a veces me quejo demasiado. No agradezco lo suficiente lo poco o mucho que poseo.
Anoche estaba en la parada esperando el bondi. Como me suele suceder, cada vez que necesito tomar cierto colectivo, ese es el que precisamente no aparece.
No hubiera habido problema, de no ser por las incesantes ráfagas de vientos, acompañados de continuos rayos de luz en el cielo, que amenazaban con dar lugar a una tormenta típica de verano.
Habían pasado 30 minutos de las 00 y el bondi brillaba por su ausencia. Para colmo de males, en el bolsillo tenía sólo 4 mangos (había jugado al fútbol ese día y después me tomé un gatorade para recuperar sales y minerales) por lo que ni a palos llegaba a mi casa en un tacho.
Mientras caminaba en círculos alrededor de el tubo que sostiene el cartel del 118, vi que un tipo en un carrito, recolectaba los cartones que le habían dado en un bar que se encontraba a escasos metros de donde se suponía, yo debía tomar el colectivo que nunca apareció.
Los minutos transcurrían y nada con el colectivo. Para colmo, como por arte de magia, desaparecieron todos los taxis por lo que a calles estaban desiertas.
En eso, veo que el muchacho que juntaba los cartones, se aprestaba a emprender camino, rumbo a quién sabe dónde.
Jugado por jugado me decidí a hablarlo. Con mi muy poca habilidad para silbar, logré llamar su atención con un chiflido, que no hubiera detenido ni a un taxista con las orejas de Dumbo.
Yo-Maestro, disculpe. ¿A dónde va?
Maestro-A mi casa amigo, Se viene el agua...
Y-¿Para dónde queda su casa?
M-...........................................
Y- Pasa amigo que al parecer me quedé sin colectivo. Encima, como usted dijo, se viene el agua. Entonces quería saber si va en dirección, para donde voy yo, así me acerca. Tengo $4, es todo lo que le puedo dar.
M- Mire amigo, yo voy para Villa Muñecas.
Y- MMMM, ¿qué le parece si baja derecho por la santiago hasta la avenida América? Si me deja ahí, capaz que consigo un taxi y lo puedo pagar en mi casa, de todos modos, ya es bastante cerca de donde vivo.
M- Meta nomás. Suba.
En lo que arrancó el viaje, me ofreció cubrirme del agua (estaba lloviznando intensamente), con un plástico que tenía en el carro.
M- Digáme amigo. ¿Qué pasó que se quedó sin colectivo?
Y- Es que hoy fui a jugar a la pelota con unos amigos. Y agarré y fui en la bici. Después me mandé para lo de mi novia y empezó a llover, por lo que tuve que dejar ahí la bici y volver en colectivo a mi casa.
M- Ah claro. Es peligroso andar en medio de la lluvia. A mí se me sube el corazón a la boca porque con estas lluvias se me inunda todo. Hizo lo mejor.
Y- Y, si. Antes que lamentar, mejor prevenir.
M- Más vale amigo. ¿Hasta dónde va usted?
Y- Yo voy hasta la Mendoza al 4300, es a la altura del Parque Guillermina.
M-Ahhhhh, ¿y dónde vive su novia?
Y- En el pje García al 1200.
M- ¡Eso es cerca de la cancha de los Deca! ¡Cómo se va a buscar una novia que viva tan lejos!
Y- Maestro, el día que la conocí, cuando la encaré; no me preguntaba si vivía cerca de mi casa. De hecho jamás tuve una novia que viva cerca de mi casa, todas eran de bien lejos. Es mejor, así me controlan menos, ¿vio?
M- Claro , claro, está buena esa táctica maestro.
Y- No falla nunca. ¿Y usted?
M- Yo estoy juntado hace 4 años. Mi mujer, yo ya le digo así, tiene 22 años, yo 23. Tenemos tres hijos ya. La ultimita se llama Lourdes Milagros y tiene tres meses. Los otros son Roberto Daniel, que tiene 4 años y Jessica Romina, de 2. La verdad amigo, así sin rodeos, mi familia es la luz de mi vida. Gracias a ellos no bajo los brazos nunca.
Y- Me imagino lo que debe ser. ¿Usted no tiene trabajo fijo?
M- No amigo, ¿sabe cómo deseo tenerlo? Yo soy albañil y por ahí cuando algún amigo me hace la gamba, consigo meterme en alguna obra, pero cuando se termina, de vuelta estoy en la calle a hacer lo que hago. Por eso desearía tener un trabajo firme, para que todos los días de mi vida me pueda levantar sabiendo que le voy a llevar el pan a mis hijos y a mi señora todos los días. Además, ¿sabe qué? En el barrio donde yo vivo, la cosa es jodida. Los changos no quieren estudiar, no quieren laburar. Están todo el día meta aspirar esa porquería y luego se van afanar. A mí no me chorean, porque cada vez que los veo les tiro unas monedas, pero a veces desconocen los changos. Lo peor es que las criaturitas más chicas crecen con eso...
Y- Me imagino lo difícil que debe ser.
M- Por eso amigo yo estoy orgullo se ganarme los pocos pesos que gano. Porque lo hago honestamente y eso me hace sentir bien. Es más, ¿sabe qué? No entiendo a la gente que se deja comprar por $20. La otra vez fue el gobernador para entregar unas piezas, y le ofrecieron esa plata a cada uno de los que vayan y estén ahí para aparecer en la tele diciendo que el gobernador hace cosas. Yo así, no me dejo comprar. Yo lo único que quiero es trabajar y que mis hijos puedan estudiar para ser lo que yo no puede ser. Que me ofrezcan trabajo, antes que unos pesos o bolsones.
Para ese momento, mientras lo escuchaba hablar, me arrepentía de haber escrito lo que publiqué días atrás.
Y- Maestro. Usted no baje los brazos nunca. Siga así que algún día le va a tocar la buena.
M- Dios lo oiga amigo.
Y- Es así. El que busca y busca, al final siempre encuentra. Y por lo que usted me cuenta, en algún momento va a encontrar algo. Resta que se cruce con la persona indicada.
M- Ojalá amigo, porque esto de llevar a la casa un día $10, otro $20; no es vida. Ya estamos llegando amigo, ¿aquí le queda bien?
Y- Joya, jefe. Aquí tiene, no es mucho, pero espero que de algo le sirva. Le juro que no tengo una moneda más.
M- No hay problema amigo. Si no hubiera hecho tan poquita plata hoy, no le cobro nada. Con esto ya podemos comprar uno pancitos para el mate cocido para mañana.
Y- No se haga drama jefe. Yo le pedí que me traiga, usted me hizo el favor. Por cierto, no me dijo su nombre.
M- Roberto, Roberto Daniel, como mi primer hijo, ¿Y el suyo?
Y- Juan Pablo.
M- Bueno amigo lo dejo antes que se largue más fuerte. Quedesé con el plástico así no se moje sino llega a conseguir un remis.
Y- Gracias por la gauchada jefe. Que ande bien y que pase unas felices fiestas junto a los suyos. Y acuérdese que ya van a venir tiempos mejores.
M- Gracias a usted amigo. También le deseo lo mejor. Y para la próxima que no consiga colectivo, ya sabe.
Y- Ja ja, seguro. Hasta luego.
M- Hasta luego.
El remis de vuelta a mi casa no lo conseguí. De todos modos sólo tuve que caminar unas 9 cuadras, y gracias al improvisado piloto que me dio Roberto, evité mojarme más de lo que podría haberlo hecho. Pero lo que no evité durante el trayecto a mi casa, es darme cuenta que la realidad debe golpearme para darme cuenta de lo desagradecido que soy. Tengo un trabajo. Algo con lo que toda persona sueña tener. ¿Qué más se puede pedir?