Tu nombre me sabe a hierba

Desde hace un tiempo me olvidé lo que eran contar las horas. Mi martirio por ver el día acabar, se terminó y es por una sola razón: Vos.
Tendrás que disculparme, pues no me salen versos de poeta. Es que no soy de los que gritan por las calles lo que siente. Lo que sí es seguro es que en la intimidad te lo repito tantas veces como nos fusionamos. Por ahí leí, o escuché, que las casualidades no existen. En realidad, no me importa: me encanta saber que jamás te busqué y es por eso que te encontré.
A pesar de que suele esconder mis emociones en lo más profundo de mi ser, estoy casi seguro que algún día llegarás a saber que todo ese espacio lo llenás vos. Tal vez por eso sea que me apasione acercarme a tu oído para susurrarte eso que te dibuja una sonrisa. Aunque suenen un poco forzadas estas líneas, porque me lo pediste vos, necesitaba que sepas que, lo que provocás en mí, es mucho más grande de lo que alguna vez llegué a decirte o a escribirte. Por eso es que no aprendí a decirte no. Creo que estas no son las palabras más dulces, pero me encanta saber que eso es lo que te gusta de mí. Quiero pedirte perdón por no darte más de lo que te mereces. Aunque también quiero que sepas que haré hasta lo imposible por complacerte. Me alegra saber que me amás como soy. Aquí no hay un espejo, sólo somos vos y yo.
Podría seguir escribiendo horas y horas, pero convertiría esto, en un texto incongruente. Creo que así está bien, es Sabés lo que quiero decir, pero no puedo expresar en estas líneas.
Basta que lo leas vos y sólo vos, y lo entiendas.
Podría publicar tu nombre, pero ¿para qué? Ya sabés que es para vos, y sólo para vos...

PD: ¿cumplí?